Ya hemos escrito sobre la transición del simulado al real desde un punto de vista técnico pero hoy nos preguntamos por los problemas que surgen cuando pasamos a real desde un punto de vista emocional.
Llegados al punto de haber realizado una formación o haber desarrollado un método propio que en simulado ha funcionado muy bien, mes tras mes, con el que hemos obtenido unos buenos resultados estadísticos y con el que hemos aceptado algunos stop con normalidad, nos disponemos a dar el paso definitivo y empezar a recoger una rentabilidad real para nuestra cuenta.
¿De verdad hiciste suficiente demo?
Uno de los problemas que surgen cuando pasamos a real, que vemos entre algunos de nuestros propios alumnos, es la precipitación en dar este paso. En ocasiones el trader se mueve al real impulsivamente, debido a la constatación de que el método funciona y a la ansiedad que le produce el no estar metiendo ese dinero en su bolsillo, es decir, en su cuenta.
Es llamativo comprobar, en algunos casos, cómo no se ha interiorizado completamente algún patrón o que todavía no se tienen claros algunos aspectos de la operativa y sin embargo se han lanzado a operar en real, movidos por la ansiedad.
Se hace necesario insistir en que la fase de demo, incluso con un método ya contrastado y rentable, lleva su tiempo y que hay que respetarlo para llegar al real con la certeza de que no cometemos errores de operativa que luego se sumarán al resto de posibles problemas que surgen cuando pasamos a real.
Las primeras pérdidas
Es evidente que los traders no acceden al mercado en el mismo momento ni con la misma coyuntura. Se da el caso de alumnos que acceden al mercado en un momento muy favorable para este o aquel método y otros que lo hacen en meses excepcionalmente malos. Esto no debería pesar en nuestra operativa si hemos realizado una fase de simulado en condiciones. Pero la realidad es que sí.
El primer trader, el que accede en un momento de bonanza, desarrolla un nivel de confianza en el método superior al del segundo caso y acepta las pérdidas o incluso las rachas de pérdidas con total naturalidad. El segundo, en cambio, comienza a dudar de las entradas que efectúa e incluso comienza a dudar del método cuando las pérdidas se prolongan. Se inicia aquí un tortuoso camino en el que el trader sesga los resultados esperables, elige operaciones (normalmente con mala suerte) y llega incluso a dejar de operar.
Capital riesgo y cuentas pequeñas
Estos son dos problemas muy habituales que, unidos a los anteriores, hacen un cóctel explosivo.
A veces el trader, llevado por un exceso de optimismo al realizar su fase de demo, considera que no necesita tanto capital como le recomiendan (o no dispone de él) y se aventura en el real con la esperanza de que su operativa le lleve a ese nivel recomendado en muy poco tiempo y que va a ser el mercado quien ponga el dinero recomendado en su cuenta.
Por otra parte, muchos traders no interiorizan lo que implica el capital riesgo: dinero que estamos absolutamente dispuestos a perder, sin pestañear. El no asimilar este concepto y operar con dinero que “nos pesa” o que incluso necesitamos, nos lleva a operar con un nivel de inseguridad que hace muy difícil poder llevar a cabo esta actividad con la disposición requerida.
Dejar fluir las operaciones
Otro de los problemas que surgen cuando pasamos a real es el de cortar las ganancias. Mientras que al efectuar la fase de simulado habíamos respetado el desarrollo de las operaciones, al pasar a real comenzamos a experimentar un sentimiento de “más vale pájaro en mano que ciento volando” y cerramos las operaciones para “amarrar” una mínima ganancia y ver, en no pocas ocasiones, que el movimiento se desarrolla más ampliamente y que deja en unos “cacahuetes” lo que nos hemos llevado nosotros.
La guinda de este pastel es hacer lo contrario con los stop: moverlos con la certeza de que estamos en lo correcto, que el precio va hacer lo que nosotros predecíamos y constatar que lo único que hemos hecho es cosechar más pérdidas de las que, en principio, estábamos dispuestos a asumir en esa operación.
Cuando el problema no es el trader
En resumen, no estamos abogando porque los traders no cambien de método cuando sea necesario. Lo que hemos querido plantear son las preguntas necesarias que todo trader debería hacerse para descartarse como parte del problema y, solo así, tomar la decisión definitiva de cambiar de sistema, llegado el momento.